Las fobias que sin duda deben tener los administradores públicos, son las siguientes: cromelofobia, miedo al dinero y mitofobia, miedo a las mentiras...

Bueno, te dejo, hijo mío. Perdóname, lo lamento. ¡Yo no sabía el estrés que producía el Parlamento!

Esto es una historia fantasía realidad de la vida de algunos gobernadores. Todavía hay quienes viajan por carretera. Viven en casas propias y se dan los lujos de un ciudadano que gana 150 mil pesos al mes, no más. Bueno eso espero...

Así que los que quieran trascender, recuerden que el buen gobernante es el que está bien con todos, el que ayuda a todos y el que ve por todos...

Me llamó la atención ver a una primera dama, vestida como una artista de cine, cuando trascendió que no tenía antes para un vehículo decente. Hoy maneja una camioneta de un millón de pesos...

¿Quién vela por esos jóvenes que paradójicamente tienen por techo las estrellas y por vecinos a las ratas? ¿Acaso Dios? Tal vez

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