El formato en papel no podrá ser reemplazado por ninguna tecnología...
Se dice, sobre todo en Europa, que los libros impresos en papel están en la ruta de la desaparición y que serán suplantados por ediciones digitales que faciliten la vida a los lectores.
En España, por citar un país europeo, la lectura es un hábito arraigado. La mayoría de las personas cuenta con dispositivos móviles sofisticados, razón por la cual están acostumbradas a usarlos para leer en línea. Por ello, algunas organizaciones editoriales auguran este panorama, un discurso que comenzó hace aproximadamente diez años.
La realidad en nuestro país es muy diferente. Los mexicanos usan internet principalmente para cuestiones de entretenimiento, y el porcentaje de la población que lee libros en la web es reducido. Pasarán muchos años antes de que pueda analizarse seriamente la posibilidad de omitir las impresiones tradicionales para libros y otros medios de información.
Lo práctico
El desarrollo de nuevas tecnologías para la lectura no significa que suplirán las formas tradicionales de presentar productos noticiosos o literarios; más bien, representan una oferta adicional para los lectores, una opción más. Los usuarios de tabletas electrónicas aún no están del todo acostumbrados a utilizarlas como libros, pues no ofrecen las mismas ventajas en cuanto a practicidad: un libro no se apaga cuando se agota la batería; no es un objeto que requiera cuidados extremos para garantizar su buen funcionamiento; se transporta a cualquier lugar, se manipula libremente, se subraya, se dobla la página y se archiva para su consulta. Además, la vida útil de un libro es mucho mayor que la de un dispositivo electrónico: puede durar cientos de años. El formato en papel no podrá ser reemplazado por ninguna tecnología.
Habrá que esperar décadas para saber si las nuevas generaciones, con un conocimiento mucho más avanzado en el manejo de dispositivos electrónicos, se sentirán tan familiarizadas y cómodas con algún formato digital como para leer durante horas una novela, por citar un ejemplo. La tecnología actual es excelente para cuestiones prácticas, como buscar el significado de una palabra, datos para viajar, una noticia específica, actividades lúdicas, compras, etc.
Hoy en día, incluso medios que nacieron de forma digital recurren al papel para abarcar a un gran sector de la población que, por comodidad y costumbre, sigue prefiriendo leer historias o noticias en medios impresos. En ellos, la publicidad no es invasiva ni representa una incomodidad, sobre todo para la población de 50 años en adelante.
Temas ecológicos
La mayoría de las grandes productoras de papel está regulada bajo los estándares más estrictos en cuestiones de sustentabilidad. Los árboles se plantan expresamente para la producción de papel y no representan un daño climático al planeta; además, el papel es reciclable y se utiliza para elaborar otros productos. Menciono esto debido a los argumentos que sostienen la inminente desaparición de los medios impresos por políticas de cuidado del medio ambiente. La energía consumida por las tecnologías electrónicas y el desecho de sus componentes generan un daño mayor que la producción de papel, tema que ya he tratado en colaboraciones anteriores.
El mercado de lectores es extenso. Aunque algunos insistan en que en México la gente no lee, se equivocan. Cuando hay contenido de calidad, propositivo y que aporte, existen millones de lectores en nuestro país. Ese segmento gusta de contar con varias opciones: quien lee un libro, lee también una revista, un periódico y un portal de internet. Todo depende del tema, del lugar, de la intención, del humor e incluso del hábito.
Gracias y hasta la próxima.
La desaparición de los libros en papel
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