LAS MINORÍAS

 

Junto con los grupos mencionados coexistieron algunas corrientes minoritarias divididas en dos apartados:

    —El centro. Aunque parezca extraño en la UAP el priísmo estaba muy activo aunque no participaba abiertamente en la política universitaria. Lo hacía a favor de las tendencias mayoritarias que de alguna forma le resultaron afines, como es el caso de José Doger Corte. Su significación alcanzaba entonces menos del 5 por ciento de la población universitaria. Incluso algunos priístas llegaron a encabezar a su partido, después de una personal y conveniente transformación ideológica.

—La derecha. No se puede asegurar si se trató de una acción programada o una situación meramente circunstancial, ya que el movimiento de reforma universitaria proscribió a los elementos clericales de la UAP. Sin embargo, ahí estaban a pesar de su expulsión. Para convivir no se manifestaban abiertamente como lo hacían sus camaradas que estudiaban o trabajaban en la UPAEP, la universidad conservadora por antonomasia. El PAN y el PDM poco o casi nada tenían que hacer al interior de la UAP. Sin embargo, el sucesor del sinarquismo, no desaprovechó  a oportunidad y entre los hijos de los militantes sin posibilidades económicas para acceder a las universidades de derecha, captó a uno que otro partidario. Fungieron como quintacolumnistas capaces de desarticular los esfuerzos realizados durante la reforma universitaria. Pero su número no alcanzó a figurar en los porcentajes.

    A grandes rasgos, esta era la situación de las pocas significativas tendencias derechizantes que operaban dentro de la UAP. Lo mismo ocurrió con las casas de estudiantes controladas por Antorcha Campesina, empero, a diferencia de la derecha que se filtró en la universidad, la corriente antorchista daría el estirón gracias a su disciplina, unidad, formación ideológica y liderazgo. Este incipiente grupo universitario se topó con las barreras impuestas a su agrupación por el gobierno después del fallido intento de penetrar la estructura de la Universidad Nacional Autónoma de México, institución que a petición de Jorge Carpizo, su rector, recibió protección del gobierno, maniobra destinada a eliminar de su seno a los antorchos.

     Lo curioso es que una cuña del mismo palo sirvió para abrir la rendija por donde penetraron varios infiltrados de la derecha poblana para –en cuestión de tendencias, aclaro– darle a la universidad un sentido plural.

     En 1997 la UAP ya tenía dentro de su estructura académica y administrativa a conspicuos representantes de aquella corriente que bajo las siglas de MURO combatió a los liberales considerados como enemigos del clero.

Alejandro C. Manjarrez

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