Alejandro C Manjarrez de la Rosa, su historia

Alejandro C Manjarrez
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Entrevista realizada por Elba García Morales para El Sol de Puebla, 18 de octubre de 2004

“El periodismo para mi ha sido un constante aprendizaje, un reto permanente y una apertura de frentes de batalla contra la estulticia… Cuando escribes la verdad, puedes lastimar, sobre todo si pones el dedo en la llaga… Y las personas que se sienten agredidas se van en contra tuya esgrimiendo desde chismes hasta descalificaciones soterradas, es decir, rumores mal intencionados. Es digamos que el pan nuestro de cada día”.

Hace ya tres décadas, Alejandro C Manjarrez decidió darle un giro a su vida profesional: optó por abandonar la función pública. Quemó sus naves, pues. Su último cargo fue el de director general de ventas en la Aseguradora Hidalgo, empresa entonces del gobierno federal. Dejó todo, como él dice, para dedicarse al periodismo, oficio que quiso seguir motivado por el deseo de aportar ideas para la cosa pública, además de fomentar el interés intelectual. Según sus propias palabras, descubrió su verdadera vocación, actividad que a lo largo de tres décadas le ha dejado grandes experiencias, además de haberle permitido desarrollarse en el aspecto intelectual.

“Puedo, si tú quieres, presumir de que mi ingreso al periodismo ocurrió por una verdadera vocación, no por necesidad ni por accidente”.

Su presente…

Manjarrez es un hombre que encontró su propio estilo: un periodismo anecdótico e histórico que no sólo lleva el mensaje o la crítica, sino que también intenta aportar ideas y proponer soluciones. Actualmente es columnista del periódico Síntesis, donde desde hace 12 años publica su columna Réplica y contrarréplica , nombre que llevará su página en internet para con ella ingresar en el mundo del periodismo digital.

Un comienzo difícil…

Decidió cambiar de actividad con una ventaja: ya había adquirido estabilidad profesional y económica. Se hizo comunicador, pues. Y con el cambio asumió el reto de adoptar como suyo uno de los oficios más incomprendidos, si partimos de que los periodistas somos, para muchos, victimarios de quienes, según ellos, nunca se han corrompido a pesar de vivir inmersos en la corrupción.

De acuerdo con su dicho, quienes lo conocían desde hace mucho tiempo se sorprendieron de su decisión: “Me decían que estaba loco que cómo iba yo a dejar una posición de privilegio por el periodismo y empezar de nuevo”. Lo paradójico –dice- es que las personas que en aquel entonces estaban en este oficio, lo “veían como alguien extraño, como un improvisado que quería robarles su espacio: me costó mucho trabajo convencer a mis colegas”.

Alejandro C Manjarrez proviene de una familia de periodistas. Su hermano Luis C Manjarrez fue el precursor de la noticia filmada en México cuando se exhibió en las salas cinematográficas el Noticiero Clasa, medio en el cual colaboraron varios periodistas y comunicadores que se hicieron famosos. Uno de ellos, Luis Marcelino Farías; y el otro, Jacobo Zabludovsky.

Recuerda Manjarrez que desde pequeño ya empezaba a formar parte de este medio y a involucrarse en diferentes áreas. “Era el chícharo de los camarógrafos, editores y reporteros” y ahí le nació el deseo de ser periodista.

Le atribuye a su tío Floylán C Manjarrez haber heredado así la pasión por el periodismo, un hombre que, como diputado constituyente en el Congreso de Querétaro y periodista hizo varias propuestas importantes, entre ellas las que se legislara para un apartado especial y garantizar los derechos de los trabajadores, ley que quedó plasmada en el artículo 130 de la Constitución.

“Froylán decía que los periodistas deben, además de informar, generar cultura en cada uno de sus escritos. Es obvio que todavía me falta mucho para cumplir con la recomendación de Froylán, sin embargo, sigo con la idea y el compromiso de generar cultura a partir de la historia, la política y la literatura. Ah, ahora he incluido la música”.

Un trayectoria limpia, sólida y consolidada…

El periodista Manjarrez, ha colaborado con los más importantes medios de comunicación en el ámbito local y nacional, entre ellos: El Heraldo de México en Puebla, oportunidad que le brindó don Arnaldo Fernández –“el papá de “Pino”– y en la Opinión de Puebla, con don Manuel Sánchez Pontón. Cuando quiso incorporarse al periódico Cambio, que en aquella época estaba dirigido por Gabriel Sánchez Andraca, “le hicieron el feo”, porque aun estaba considerado ajeno al medio. Más adelante escribió para la revista Impacto, trabajo que le permitió hacer “algunas travesuras”. Una de ellas fue la investigación sobre el polémico y controversial Joaquín Hernández Galicia, alias “ La Quina”. En esa ocasión puso al descubierto que el Sindicato de Trabajadores de Petróleos Mexicanos tenía la concesión de vender el slop oil (desperdicio de petróleo) a la Texas Oil Company. Y lo que en realidad entregaba eran barriles de petróleo puro (cientos de miles) haciéndolos pasar por desperdicio.

También fue corresponsal de Excélsior en el estado de Puebla y debutó como columnista en el periódico Rotativo, entonces uno de los diarios boletinados por el gobierno de Miguel de la Madrid (sólo quedaron diez palomeados y a Manuel Bartlett –secretario de gobernación– le correspondió el triste papel de acabar con la prensa autónoma, encargo que por fortuna no pudo o se negó a cumplir).

El columnista…

Inicialmente no tenía bien el estilo para redactar su columna. Fue la periodista Irma Fuentes quien, a la sazón, trabajaba en el periódico Novedades, quien le dio tres consejos importantes los que, asegura Manjarrez, aprovechó y puso en práctica. “Ella me orientó y me dijo: nunca escribas más de tres veces de una persona cuando lo critiques e incluso lo denuncies; porque podría parecer consigna y si no pasa nada, tú te desgastas y pierdes credibilidad con los lectores. También me aconsejó que cuando escriba sobre cualquier político nunca suelte toda la información para que siempre tenga una carta con la cual contestar cualquier reclamo o réplica. Y lo más importante: me recomendó que permita que la persona aludida tenga la oportunidad de salvar su prestigio.”

Hace 10 años el entrevistado creó el patronato del Premio Estatal de Periodismo Froylán Manjarrez con la intención de reconocer e impulsar el profesionalismo de los periodistas más destacados del medio. Rodolfo Ruiz, Mario Alberto Mejía, Arturo Luna y Alejandro Mondragón fueron los primeros galardonados en la primera etapa de este premio, reconocimiento que provocó a Manjarrez la enemistad gratuita de varios colaboradores del gobierno de Manuel Bartlett. Dice el columnista que gracias a su libertad para escribir –y desde luego a su información–, los mencionados fueron considerados como enemigos de aquel exgobernador, situación que, como podría haber dicho Octavio Paz, alteró la inteligencia del “ogro filantrópico”.

Habilidades de Escritor…

Alejandro C Manjarrez también ha escrito varios libros: Crónicas sin censura –que es una recopilación de columnas (dos tomos), obra que puede ser consultada como fuente histórica de la vida política poblana -;Puebla el rostro olvidado, cuya temática analiza la forma de ser de los poblanos, y el por qué de su comportamiento; El choque de las águilas, que aborda el tema de los migrantes y plantea la importancia de integrarlos a la economía de nuestro país, mediante el fomento del ahorro –como lo hace actualmente grupo Elektra. Otro de sus libros, el más reciente y profusamente ilustrado, lleva el nombre de Armonías y Divergencias (en prensa), el cual contiene varias de sus columnas, selección que quedó a cargo de especialistas en literatura y periodismo.

La Familia…

De gran importancia en su vida

Para el periodista la familia –esposa, hijos, nietos, hermanos–, ha sido un ícono importante a lo largo de su vida, no sólo en lo personal sino que también para su desempeño profesional. Significa el motor para salir adelante, la motivación para emprender nuevos retos y la mejor barrera para enfrentar lo malo o lo negativo que –dice en la presentación de uno de sus libros– proviene de sus detractores cuya “oscuridad mental, curiosa y paradójicamente, produce la extraña luz que sirve para iluminar los atajos por donde transitan los denuestos, las intrigas y las deslealtades”.

Ello lo ha logrado gracias al amor, el respeto y la fortaleza que existe en cada uno de sus seres queridos. “Tengo el privilegio de tener una familia unida y que además te apoya”.

Una profesión de grandes satisfacciones…

Dice el columnista que gracias a su ejercicio periodístico ha tenido la satisfacción que produce publicar un libro. “Es algo que ahí queda: hay una frase muy común que dice que un hombre debe sembrar un árbol, tener un hijo y escribir un libro, tres cosas que ya hice… y en serie: cinco libros, cinco hijos y decenas de árboles sembrados”.

“El haber quemado mis naves en la administración pública me produjo nuevos y gratos resultados. De ahí que me mantenga contento de lo que hago; me divierto mucho cuando estoy frente a la computadora escribiendo mi columna. Siempre le busco el lado bueno a lo malo y trato de conservar lo mejor de las gratas experiencias”.

Además de gozar su trabajo y de convivir siempre con la familia, en sus ratos libres se dedica a impulsar la música y apoyar nuestros valores. “Es una riqueza cultural que tenemos los poblanos y que pocos, muy pocos aprecian, incuria que por cierto obliga a nuestros valores a buscar otros horizontes donde encuentran apoyo, confianza y reconocimiento.”.

Y del ambiente político que se vive actualmente en Puebla…

Lo califica difícil pues todos quieren ser gobernador debido al ejemplo de Melquíades Morales Flores: “Si él pudo serlo ¿por qué yo no?”, dicen los aspirantes animados por el éxito de quien empezó en política a partir de los malos augurios para quienes, como él son de origen campesino.

Quizá no entienden que “el éxito de Melquíades se debe a su espíritu conciliador que le ganó la posición que hoy ocupa producto de la evolución de la cual nadie se dio cuenta a pesar de ser una de las expresiones de nuestra democracia”. En cierta manera este resultado fue producto del espíritu conciliador de Morales Flores, donde produjo una evolución que nadie se dio cuenta –una expresión verdaderamente democrática–.

“Alguien que quería ser su sucesor le vendió a Melquíades Morales la idea de que las encuestas eran la fórmula para gobernar. Y a la vuelta del tiempo esas mismas encuestas propiciaron que Mario Marín fuera el candidato”.

“Lo mismo sucedió con el PAN, donde también se dio una lucha interna entre Luis Paredes y Francisco Fraile, en este caso el que ganó (Fraile) contaba con la estructura para poder ganar las elecciones internas y no el panista supuestamente más popular.

Finalmente Manjarrez, considera que uno de los mejores gobernantes que ha tenido Puebla es Manuel Bartlett Díaz ya que dice -su gobierno detonó el desarrollo de la entidad-. “Ello –acota- no le quita su formación política basada en la perversidad que el medio exige a quienes quieren trascender. De Melquíades Morales Flores reconoce su capacidad conciliadora, su popularidad y su interés de ayudar a los más desprotegidos, actitudes que la historia habrá de juzgar, “creo que favorablemente”.

Mientras seguiremos siendo testigos de la lucha entre la derecha reaccionaria y las corrientes progresistas, unos y otros contaminados por la corrupción, el mal de los tiempos modernos”.

*Alejandro C Manjarrez (1939-2019) publicó después de la entrevista los siguientes libros: La Puebla variopinta, conspiración del poder; El poder de la sotana; El laberinto del poder, autobiografía de un Gobernante; La brigada terminal; La corrupción, herencia atroz.

Redacción Réplica