Nunca conoció el amor de una madre. Tampoco escuchó el consejo preciso del padre, ni sintió el cariño de la abuela o el cobijo de un primo o hermano. Su corazón ya no responde a esos impulsos. La inteligencia emocional es nula. Él no conoció ni aprendió a tener esos sentimientos...

El zombie de la pantalla puede apagarse, pero el zombie bioquímico sigue caminando por nuestras escuelas mientras jugamos a no ver...

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