Gilberto Bosques, relatos y poesías 25

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Cuba 3

“Les comparto una vivencia del revolucionario, diputado constituyente y destacado diplomático Gilberto Bosques Saldívar, narrada por él y publicada por la secretaría de Relaciones Exteriores en el libro El Oficio del Gran Negociador.

Así mismo uno de los últimos poemas inéditos que Laura Bosques me envió para que se conozca esta faceta de su padre”.

Manola Álvarez Sepúlveda.

 

Misión en Cuba

El encuentro con Fidel Castro

Después del asalto al cuartel Moncada Fidel Castro fue aprehendido y juzgado. Se defendió con aquel discurso que se conoce como “La historia me absolverá “. Fue sentenciado y recluido en la prisión de la isla de Pinos. Más tarde se aprobó una ley de Amnistía y, en virtud de la misma, Castro salió de la Cárcel y llegó a la Habana.

Me visitó en la embajada varías veces. Con ese temperamento que le es propio, concebía planes audaces de acción revolucionaria.

En las conversaciones que sostuve con él en la embajada me exponía sus planes que me parecían irrealizables por lo audaces e idealistas. Pero se presentó una situación que pulsamos nosotros muy de cerca. Los aparatos represivos del gobierno organizaban varios atentados para matar a Fidel Castro. La embajada tenía muy buena información y por ella nos enterábamos ampliamente y dije a Fidel Castro: “Existe un complot para asesinarlo. Es bueno cuidarse. Fidel me contestó “Tengo cuidado de no ir a reuniones, a restaurantes, cines. Como conozco mi temperamento tampoco llevo pistola.

Le dije entonces: sabemos que se prepara un complot para matar a Raúl Castro, sacar a usted de sus casillas y aprovechar la ocasión para matarlo. Yo creo que es urgente su salida del país.”

Pero Castro tenía un escrúpulo: había publicado en la revista Bohemia de la Habana un artículo llamado “Mientes Chiaviano”, sobre los sucesos de Moncada, que el jefe militar Chiaviano desfiguraba y que Fidel rectificaba de manera muy enérgica y valiente, había escrito otro artículo pendiente de publicar y temía que se interpretara su salida como un escape a las consecuencias. Al respecto le dije: “Mire no se sabe si se va a publicar su artículo ni tampoco cuando aparecerá y, mientras tanto, las cosas siguen marchando en su contra, con el artículo publicado ha dado una muestra de verdadera valentía, de saber salir al frente de las cosas en contra de los militares que mienten. No espere usted. Le damos inmediatamente su visa para México.”.

Cuando decidió partir, se le dio la visa y salió para México.

POEMA

M A C HA D O

 

Ven a abismar tu abandono

sobre una mesa en “Machado”,

a seguir trances del alma

en temporales del canto.

 

Viaja un suspiro de niebla

por los ópalos del fado

que repican suavemente

en las ventanas del llanto.

 

Horizontes de tristeza

tiende el humo del cigarro

Y vienen de noche negra

tasas de café africano.

 

Luces lentas de bujía

trazan perfiles aciagos

y son pulso del silencio

que contorna el canto amargo.

 

Toda vestida de sombras

la fadista está cantando.

La noche dio sus pestañas

para los flecos del manto.

 

Infausta historia de amor

en almas de fuego y páramo

que dejó pasos de ausencias

en la calleja del barrio.

 

Ven a abismar tu abandono

sobre una mesa en “Machado”,

a seguir trances del alma

en temporales del canto...

 

Lisboa, Portugal, 1949.

 

Nota: se respetó la redacción, la puntuación, y la ortografía original.

Manola Álvarez Sepúlveda