Regina Kuri

Entrevistas
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Soy una mujer libre. Hoy no dependo de ninguna sustancia para relacionarme, para poder trabajar, para poder estudiar, o para poder nada. Hoy, sin ninguna pretensión, soy una mujer libre. Así comienza Regina Kuri, autora del libro, Girando en un Tacón, la entrevista que Réplica Joven llevó a cabo en la ciudad de México.

¿Quién fue Regina Kuri?

Era una persona con muchísimos complejos, muy insegura, lo sigo siendo, porque eso nunca se quita, se contrarresta un poco con la aceptación de uno mismo. Era una mujer con mucho miedo, viviendo la vida aparentemente sin ese sentimiento, pues ponía muchas veces mi vida en riesgo. Todas las experiencias que iba acumulando, eran como una defensa para demostrarme a mi misma que si podía con la vida, eran como una defensa al terror que yo tenía al mismo vivir. Me enfrentaba a muchas cosas, pero no me enfrentaba a mi misma.

¿Cómo empezó tu relación con las drogas?

Fue por casualidad. La primera vez que me emborraché, la primera droga, bueno después del tabaco, el alcohol fue lo que hizo que me enganchara, fue a los 13 años. Pasó un mesero con una cuba y la tomé. Nadie me la ofreció, nadie me dijo que iba a ser menos o más si me la tomaba. Simplemente me la tomé descubriendo el efecto rico que te da el alcohol. Me mantuvo la recompensa que sentí al tomar alcohol.

¿Es con esta recompensa que empieza esa etapa en tu vida?

De alguna manera se abrió la caja de Pandora. Fue encontrar una sensación distinta de lo que llevaba viviendo los primeros 13 años de mi vida, y a partir de eso buscar más. Nuevas maneras de consumir, nuevas sustancias, hasta que caí con las anfetaminas y los inhalantes. Lo de las anfetaminas lo hice no para drogarme, sino para bajar de peso. Pero cuando me encontré con el aire comprimido a los 15 o 16 años, ahí si ya, ese baso dilatador, ese hormigueo en todo el cuerpo, me hizo querer más y más. Ahí fue donde empezó mi cercanía con las drogas. El ir rompiendo mis propios límites.

¿Crees que los adolescentes, que aun no tienen el carácter formado, son los más propensos a engancharse con las drogas?

La autoestima es un factor de riesgo importantísimo, si desde el núcleo familiar no está reforzada la autoestima, no te voy a decir, es muy fácil caer, es hacer una alarma de algo que no es, sin embargo los adictos tenemos una autoestima muy baja, no nos sentimos bien con nosotros mismos. Nos sentimos todo el tiempo que no somos suficientes, entonces la vida se torna muy difícil de llevar. Es la recompensa de la que te hablaba al principio, en las drogas tenemos una recompensa que nos saca. Si tenemos baja autoestima, esa sensación nos aparta de esa miseria, por decirlo de alguna manera. Eso hace que nos enganchemos emocionalmente a una sustancia. Físicamente no se sabe si te vas a enganchar a la primera, a la décima o a los cinco años. Hay tantas drogas y adicciones como seres humanos. Pero emocionalmente si es más fácil que te enganches. Desde la primera vez sientes rico. Hay gente que con la mariguana vomita a la primera, pero a la segunda o tercera seguro le gusta. Entonces para que jugarle.

¿Existen los ex drogadictos?

Somos drogadictos hasta la muerte. Es como los diabéticos, un guey diabético es así hasta el día en que se muere. Tiene diabetes, pero no está en coma. Nosotros igual, la adicción es una enfermedad incurable, progresiva y mortal. La misma distancia tienes tu de un trago que yo. A mi me produce algo que hace que no pueda parar. Nuestra única rehabilitación o recuperación consiste en la abstinencia total.

¿Esa es la manera de pararla o existe otra manera de controlarla?

Esa es la única manera, la abstinencia total. Porque si habría ex adictos, ex drogadictos, o ex alcohólicos, habría la esperanza de poder volver a consumir sin repercusiones. Hay millones y millones de personas que piensan que son ex adictos y vuelven a sus adicciones y siempre recaen. Siempre con la misma reacción en el cuerpo. No pueden parar de consumir. No es una cubita o dos, es el litro de ron. Físicamente somos incapaces de parar.

¿Recuerdas el día que comenzó la salida de este infierno?

Pues fue el día en que me internaron, no fue ese momento, sino lo que vino después, el pensar, quizá hay una salida. Llevaba 14 años dándole vuelo a la hilacha. Cuando se me presenta la oportunidad de irme a un centro de rehabilitación, pues la tomé, no se como pero la tomé. A partir de ahí, fue cuando empecé a derrotarme. Uno cree que le va ganando le va ganando y la verdad es que no. La droga te va consume y consume y consume. Para mi no hubo ninguna otra solución, solo estar encerrada sin ningún contacto con alguna sustancia. Posteriormente, cuando sales de la desintoxicación, debes comenzar con una recuperación verdadera. Ya en contacto con la sociedad, con todas las sustancias y todos los riesgos que esto trae.

 ¿Cuál fue el factor, el hecho que te obligó a ir a una clínica de rehabilitación, cuando tu decidiste, tengo que ir a una clínica?

Yo no lo decidí, a mi me llevaron a fuerza, bueno a fuerza pero yo firmé mi ingreso, no me llevaron en diablito. Yo fui voluntariamente a fuerzas. Lo que me hizo quedarme, fue ver un cuate que había llevado muchos años drogándose, que llevaba ya muchos años en recuperación, y verlo tranquilo. Ver que sí se podía vivir sin substancias. Eso fue lo que hizo que me quedara en la clínica. Yo no concebía ningún día de mi vida sin estar hasta la madre. Tenía que estar a full todo el tiempo. Llevo dos años y medio sin nada.

¿Esa tranquilidad de la que hablas, en que consiste?

No tener miedo, todos tenemos un enorme vacío, que ni todo el sexo, ni todas las drogas, ni todas las parejas llenan. Ese vacío, la única manera de ser llenado, es espiritualmente. Nadie sabe tampoco de donde sale ese vacío. Esta es una enfermedad bien compleja, porque no tiene un origen único. El alcoholismo es la búsqueda del hombre por sentirse completo, definición de Kart Gung. Nunca, a menos de que exista algo espiritual. Llenar la vida de otras cosas, como ayudar al prójimo, o ser una buena persona. Necesitamos algo que nos saque de esa naturaleza autodestructiva que tenemos.

¿En esta etapa de tu vida, hubo puertas que se abrieron o se cerraron?

Pues perdí algo valiosísimo, el tiempo. 14 años de estar en la estupidez total. No tuve una adolescencia. Yo de ser una niña plana, pasé a ser una alcohólica. Estudiaba actuación y empecé a trabajar con personas importantes, y por estar en el agua, me valió. Perdí mucho tiempo, me perdí a mí. No sabía quien era, a donde iba, ni como me gustaban las cosas. Y dicen, cuando se cierra una puerta, se abre otra, pues a mí se me cerraron todas. No había de otra más que ir a aceptar la rehabilitación.

Se me fueron cerrando no físicamente, sino dentro de mí. En mi mente, me topé con pared. Cuando me dijeron, tienes una enfermedad, pensé, con razón, yo ya no estoy bien ni drogada ni no drogada.

¿Por qué escribir un libro acerca de este tema?

Me di cuenta que durante mi etapa de adicción, mis padres no se dieron cuenta, mi hermano, nadie se daba cuenta. Sabían que consumía alcohol o mi mamá me cachó una bacha, Pero le metí mariguana, cocaína, base, pastillas para dormir, pastillas para levantarme, tachas, tachas por la nariz, anfetaminas, la canasta básica pues. Y pensé, debe de haber muchísima gente que está en el mismo canal. Y esto es cuestión de muerte, a mí se me murió mucha gente en el camino. Lo hice, y me lo publicaron, así se fue dando una serie de situaciones. Me empecé a dedicar a prevenir la enfermedad.

Si me lo dio la vida. Voy a aprovecharlo, a mi me está salvando la vida.

Los focos rojos para darte cuenta: aislamiento emocional y físico.

Trastornos en el sueño, en la alimentación.

Cambios de humor repentinos.

Mucha agresión o mucha pasividad.

Encontrar los coquitos en el coche, muchos papeles de cigarro, muchos encendedores, cenizas de cigarro, gotas para los ojos.

Tenía 23 años, pesaba 48 kilos, me veía una mujer amargada, demacrada. Tomaba 15 cervezas, una línea de cocaína, 8 shots de vodka. Y me iba a trabajar.

Mi familia es normal, una familia disfuncionalmente funcional. Es como cualquier otra, pero carecemos de comunicación. Ese fue el problema.

El mejor método para evitar una adicción, es crear puentes reales de comunicación en las familias. Una comunicación emocional, ¿que sientes?, ¿cómo puedo hacer tu día mejor? Desde el punto de vista emocional.

Las drogas son tan accesibles, que si no creas esos puentes de comunicación, no hay manera de prevenir su consumo.

No se puede tener una vida normal consumiendo drogas, pensé que yo era una drogadicta funcional, pero ni siquiera podía llevar un vaso a una mesa, en mi restaurante. Me enfilaban 8 caballitos de vodka para que pudiera más o menos trabajar.

Yo no creo que esa vida sea normal.

Si tu mente esta ocupada todo el tiempo en pensar, cómo, cuándo y dónde me voy a meter una droga al cuerpo, no puedes funcionar.

Infórmense, no le busquen chavos, esto no es un juego. Es algo de lo que no se sale fácil si es que tienes el chance de salir.

Mucha gente se me murió en el camino, se dieron un tiro, o están en el manicomio.

Girando en un tacón es una medida preventiva, la gente que lo lea se encontrará lo que sentimos los adictos, que eso en ningún lado se lo van a encontrar. Nadie sabe el porqué del hecho de drogarnos y la segunda parte, es una medida de prevención, de cómo lograr una salida a este problema. Una información integral de esto.

Miguel C. Manjarrez