Semblanza del diputado constituyente poblano y embajador Gilberto Bosques Saldivar 

Réplica y Contrarréplica
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Gilberto Bosques es uno de esos héroes cuya acción le hace eco a los valores fundamentales que Casa Refugio ha defendido a través de su existencia y de su actividad.

Poema que su hija Laura Bosques, me ha enviado para que conozcan la parte sensible de su padre.

Philippe Delé en el libro “Gilberto Bosques. La diplomacia al servicio de la libertad. París - Marsella (1939-1942) ”escribe:

Durante las investigaciones que La Casa Refugio Citlaltepec hace sobre las actividades centradas en el tema del exilio y los refugiados, mismas que afianzan nuestra labor en la historia de México, tan generosa en estos terrenos.

En esos trabajos, el nombre de Gilberto Bosques adquirió rápidamente un lugar central en nuestras reflexiones y suscitó un interés y una admiración crecientes.

La figura y la estatura de este personaje terminaron de seducirnos cuando descubrimos su emblemática actividad durante las horas más sombrías de la ocupación alemana en Francia, así como la gran discreción con la que supo mantenerse al margen, sin buscar el mínimo beneficio de esos actos, dignos sin embargo del mayor elogio.

Gilberto Bosques es uno de esos héroes cuya acción le hace eco a los valores fundamentales que Casa Refugio ha defendido a través de su existencia y de su actividad.

Gerard Malgat logró reconstruir los mecanismos y los momentos más inolvidables de la intervención de Bosques a partir del Consulado de México.

El lector de este libro podrá percatarse de la manera que miles de refugiados fueron salvados de las garras nazis y de cómo México se convirtió en un país anhelado para tantos republicanos españoles que, de otra manera, no habrían podido evitar el tan poco deseado destino de la Europa ocupada.

En 2010 decidimos reunir nuestras actividades relacionadas con el exilio, bajo el nombre de “cátedra del exilio Gilberto Bosques” gracias a la generosa anuencia de su hija Laura.

En otra ocasión explicábamos nuestra elección con estas palabras 

“Si la capacidad de los mexicanos de recibir exiliados pudiera tener un rostro, sería sin duda el de Gilberto Bosques”.

Nos sentimos dichosos de poder decir que después de la lectura de este libro tales palabras están aún mejor justificadas.

En entregas posteriores les iré compartiendo cómo fue la intervención de Bosques en la salvación de vidas en Europa.

A continuación les comparto uno de los poemas inéditos de Gilberto Bosques.

 

 VIETNAM

 

Muerte plural en trance de rubíes.

 

La herida abierta 

vida y muerte en el pulso de la selva

Y en el vaivén del mar 

libre de distancias y abismos.

 

Grito creciente bajo el azul inverso

El corazón y el cosmos 

cerrados en la mano que oprime el gatillo.

 

Las orbes sin órbita ardiendo en el fuego.

 

Todas las auroras con el hombre nativo.

Con el héroe la naturaleza primigenia.

El árbol viejo y el árbol niño

el tronco y la raíz y la rama

la espina y la hoja

la hierba abierta

el bambú bayoneta

en la gestación del heroísmo.

 

Los efluvios del

alba 

del día, de la penumbra, de la noche,

todos fecundos.

Y el Monzon rugiente.

Se consuma la alianza cardinal 

de todo lo que alienta en

la tierra,

en la lumbre, en el aire enardecido

en el cielo, en el tiempo horizontal 

en el túnel - laboratorio - hospital- trinchera.

 

Todo es lucha en la lucha:

el rumor, el silencio y el trueno 

la niebla y la llamarada

la sombra con la sombra del guerrero,

las hogueras de sombras;

la piedra alada en parábolas de proyectil

el agua caminante de vanguardia

el pantano,

el insecto y las águilas,

la mariposa y el pájaro,

el arrozal, la rosa y el

Nenúfar.

 

Todos en pie

reunidos los músculos de la selva.

Relámpagos aliados en

lo alto 

y en lo profundo.

 

Voces índices 

Vientos mensajeros 

para los postillones de la guerra.

Armas primitivas y armas de diabólica moderna.

 

Elefantes y tanques,

la avispa contra el avión y el helicóptero 

la astilla y la rama tajantes

contra la bota invasora.

Esgrimidos el agua impetuosa, el viento jadeante,

la honda y la luz,

la fruta y la bomba.

Hombres y elementos en esencia y sustancia

esencia de savias y sustancia de hombre.

 

Verdad de integridad desnuda

sangre y muerte.

La tierra ofendida

pariendo al héroe total.

 

El dolor no duele: enseña y engrandece.

El lamento no existe:

Es la voz que vuela 

Con la ORDEN DEL DÍA para el combate.

A paso de carga la naturaleza vegetal y humana.

 

Esplende la guerra abanderada

por la libertad de la patria.

 

En todos los costados del bosque 

la muerte panteísta

la muerte aleluya

la sublimación de la muerte

en el corazón tenso 

del pecho proa que abordará 

la batalla final

 

Crece el tiempo de la historia.

 

México DF 1967.

 

Manola Álvarez Sepúlveda