Mientras ocurría lo que suele parecerse a una ceremonia entre dos protagonistas (la cámara y el objetivo), vino a mi memoria la definición que la historia debe a William Wordsworth (1789): “¡Qué maravilloso es el mundo cuando la alegría de uno es la felicidad de millones!”...

Antes de contestar abrió un poco más sus ya de por sí ojos soñadores. Se quedó pensando varios segundos como si quisiera armar las frases que usa desde hace años. Aspiración profunda...

Elena Poniatowska habló para Réplica y, en algún momento, casi al inicio, asestó a este entrevistador el famoso machetazo a caballo de espadas. Ella empezó a entrevistarme y yo a sentirme feliz con sus preguntas.

Quienes lo conocen, aseguran que Miguel Hernández Correa es un hombre singular, tanto por su honestidad como por su vocación de servicio. No ve pero tiene las facilidad de percibir aquello que muchos políticos no quieren mirar ya sea por irresponsables o debido a que son chapuceros.

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